Primero
fue la plaga de Justiniano y -siglos más tarde- la peste negra. Las dos plagas
más devastadoras que el mundo haya conocido. Ahora, científicos han descubierto
pistas de las bacterias que causaron estas enfermedades pero, ¿estamos en
peligro de volver a sufrir una pandemia de esas dimensiones?
Investigadores
en Canadá compararon los genomas de la plaga de Justiniano con la de la peste
negra y descubrieron que las dos fueron causadas por distintas cepas de la
bacteria Yersinia Pestis.
Si bien
la cepa de la plaga de Justiniano se extinguió, el patógeno que causó la peste
negra evolucionó y mutó en uno que todavía hoy en día causa muertes.
Los
expertos explicaron en el estudio publicado en The Lancet Infectious Diseases que saber cómo ocurrió esa
evolución era crucial para entender las posibles futuras cepas de la plaga.
En el
siglo XIV, la peste negra mató a más de la mitad de la población europea; y
unos 800 años antes, otra plaga ocasionaba una devastación similar en el
imperio bizantino del emperador Justiniano.
Ahora,
el equipo se preguntó el motivo por el cual la cepa más antigua había muerto,
mientras que su prima, la de la peste negra, había logrado en extenderse por
todo el mundo y resurgir en el siglo XIX en Asia.
Árbol familiar de la plaga
Para
responder a esta pregunta, los científicos secuenciaron el genoma de la plaga
de Justiniano a partir de fragmentos del ADN de esta enfermedad que obtuvieron
de los dientes de dos de sus víctimas.
El
siguiente paso fue comparar esta cepa ancestral con la de la plaga actual para
construir un "árbol familiar".
El equipo concluyó
que la plaga de Justiniano llegó a lo que llaman un "callejón sin
salida" pero no están muy seguros de los motivos.
El autor que lideró
el trabajo, David Wagner, dijo que era poco probable que volvamos a ver una
plaga tan mortífera como las que se vivieron en el pasado.
"Siempre están
surgiendo cepas de la peste de reservas de roedores que causan enfermedades a
humanos. Pero lo que no vemos son pandemias debido a que ahora la respuesta de
salud pública es muy rápida".
Wagner agregó que
las cepas de hoy en día son tan mortíferas como las del pasado, son "los
humanos quienes han cambiado".
"Hemos reducido
las poblaciones de ratas y ahora tenemos antibióticos que se pueden usar para
combatir brotes humanos antes de que empiecen a extenderse a gran escala"
La bacteria que
causó la peste negra fue secuenciada por primera vez en 2011.
Humanos desafortunados
La peste negra mató
a millones de personas en el siglo XIV.
Sin
embargo, Hendrick Poinar, de la Universidad McMaster de Canadá, quien además
formó parte del equipo de investigación, advirtió que hay que seguir
vigilantes.
"Esta
enfermedad puede continuar emergiendo y causar terribles epidemias, por lo que
uno debe estar constantemente atento a las fuentes".
El
experto agregó que la evolución de Y.
Pestis claramente ha crecido con el tiempo, generando mutaciones
nuevas en la medida que los roedores se están convirtiendo inmune a ellas.
Poinar
le dijo a la BBC que a pesar de nuestra medicina moderna y sanidad, los
frecuentes viajes globales podrían esparcir con rapidez cepas futuras.
Por su
parte, Helen Donoghue, de la University College London, considera que es
imposible saber si la peste puede algún día resurgir a gran escala. Aunque
concedió que sería poco probable.
"Los
humanos son sólo huéspedes accidentales para este organismo. Son los roedores y
los animales que se alimentan de ellos (como las pulgas)" los que son
vulnerables.
"Es
sólo cuando las pulgas están hambrientas o cuando se quedan sin ratas ni
roedores -debido a fuertes lluvias o cuando no hay cosecha- que las pulgas
buscan huéspedes alternativos. Los humanos sencillamente fueron
desafortunados".
La
especialista agregó que actualmente hay tantos roedores en el mundo que las
pulgas no tendrían una presión de selección.
No
obstante, Poinar señala que tras los últimos hallazgos queda la duda sobre las
razones por la cual la peste negra fue mucho más exitosa que la plaga de
Justiniano.
Y es
ahondando en el ADN ancestral de estos patógenos del pasado que los
investigadores pueden empezar a entender su evolución y porqué fueron tan
mortíferos.
Melissa Hogenboom
BBC
No hay comentarios:
Publicar un comentario