Siete tipos de personas tóxicas de las que debes huir
Hay personas envidiosas, pesimistas,
criticonas o narcisistas que es mejor aprender a identificar para distanciarnos
a tiempo
SILVIA C.
CARPALLO | 17 FEBRERO, 2016 | 08:38 H
A lo largo de nuestra vida establecemos relaciones sociales en
muchos ámbitos. Bien sea dentro de la familia, con compañeros de estudios o de
trabajo, o incluso con aquellos con los que relaciones sentimentales que
acabaron sin rencores, son muchas las personas que se cruzan en nuestra
vida para compartir épocas o momentos, pero que no por ello deben acompañarnos
para siempre. Y es que, como si tuviéramos una especie de síndrome de Diógenes
con las personas, nos cuesta mucho desprendernos de aquellas relaciones que ya
no aportan nada a nuestra vida. Bien porque esa relación se ha desgastado, o
aun peor, porque se ha vuelto tóxica, hay que dejar de guardar amigos en
Facebook compulsivamente, y empezar a valorar con quién merece la pena
realmente pasar nuestro tiempo.
Por eso hemos recurrido a los expertos para hacer una lista de
esas personas de las que debes aprender a distanciarte un poco, o incluso,
aprender a decir adiós para siempre, sin sentirnos culpables por ellos:
1) La pareja victimista: Ya no sabes si está contigo porque te quiere,
o porque te has convertido en su pañuelo de lágrimas más resistente. Hay
personas que ante los problemas solo saben adoptar el rol de víctimas.
Como explica la psicóloga Patricia Ramírez, “se trata de aquellos que
echan la culpa de todos sus conflictos a terceras personas, eludiendo toda
responsabilidad de lo malo que les ocurre”. El problema es que este victimismo
se puede traducir en que nos contagien su tristeza, frustración y apatía. Por
ello es importante aprender a pararlo a tiempo. “En primer lugar hay que
decirles que estaremos para ayudarles a tomar decisiones y solucionar
problemas, pero no para ser el pañuelo en el que ahogar sus penas sin implicarse”.
Si esto no tiene resultado, quizás la mejor opción será alejarse, porque como
recuerda la psicóloga “no lo estás abandonando, le estás dando aliento para que
actúe”.
2) El cuñado caradura: Todos hemos sufrido a ese cuñado, o familiar
en general, que siempre nos llama para pedir algún favor, llámase mudanza,
ayuda con los niños o prestarle esa herramienta que sabe que nunca más le van a
devolver, pero que nunca está cuando se le necesita. Como relata Ramírez “se
trata de personas que siempre querrán algo de usted, pero que no saben o no
quieren mantener relaciones bidireccionales en las que entreguen por lo menos
parte de lo que reciben”. Así, la psicóloga insiste en que debemos de ser los
primeros que dejemos claras nuestras propias necesidades y no dejarnos
avasallar por aquellos que “tiran de otros sin preguntarles si están bien, si
necesitan ayuda, o si les viene bien prestársela en ese momento”.
3) El amigo criticón: Cada vez que queda contigo despelleja a todos
las personas que tenéis en común, y en ocasiones hasta te llama por teléfono
solo para contarte la última metedura de pata de alguien. ¿Crees que no habla
mal de ti cuándo habla con los demás? Si bien todos tendemos al cotilleo en
ciertos momentos, hay que tener cuidado con aquellas personas que “viven de
vivir la vida de otros, porque no les vale con la suya”, como cita la
psicóloga, que opina que “su vida es demasiado gris, aburrida o frustrante como
para hablar de ella, así que destrozan todo lo que les rodea”. El consejo con
este tipo de personas es claro. “No permitas que esa persona haga juicios de
valor de otras personas que no están presentes si no quieres que contigo haga
lo mismo”.
4) El compañero con mala idea: Ese compañero de trabajo que te mira de reojo
cuando no haces lo que estaba en sus planes, y que sabes que como venganza, en
algún momento, decidirá liarte alguna, con toda su mala idea. A este respecto
Patricia Martínez afirma rotundamente que “es un tipo de persona del que hay
que alejarse radicalmente”. Desde su análisis aporta que “son personas
que viven en un constante ataque de ira, como si el mundo les debiera algo. No
soportan que otros tengan éxito, esfuerzo y fuerza de voluntad, porque estas
actitudes de superación les ningunean todavía más”. Si no mantienes las
distancias con ellos acabará sufriendo emociones como indefensión, inseguridad,
impotencia y ansiedad.
5) El jefe manipulador: Quizás no sea tu jefe directo, pero sí ese
intermedio entre tú y el “todopoderoso”, que has tenido la suerte de que sea
majo, amable, cercano y que te inspire confianza. Pues ándate con ojo. “Aunque
sientas que se interesa por ti y te escucha, es importante saber que existe un
perfil de persona que guardan toda la información que les das, por si necesitan
usarla en tu contra”, alerta en este punto la
psicóloga emocional Nuria Álvarez. Por
eso, no debes de olvidar que sigue siendo un jefe y aprender a medir las
confianzas, porque “con el fin de conseguir lo que quieren llegan a fingir
sentimientos, engañan y dan la vuelta a muchas situaciones. ¿Qué buscan
con esto? Que te sientas culpable y cedas, a su favor. Son hábiles verdugos
disfrazados de víctimas”.
6) El amor platónico y narcisista: Llevas mil años estando ahí para todo lo que
necesita con la esperanza de llegar a ser algo más. Sin embargo, cada vez que
estáis juntos te das cuenta de “que solo habla de sí mismo, te cuenta una
retahíla de problemas o alegrías sin preguntarte, ni una sola vez, qué tal estás
o como fue esa operación tan importante de la que aún te estás recuperando”,
aporta Álvarez. Según la experta, este tipo de personas tóxicas no suelen
preocuparse por los demás, pues están más centradas en sí mismas y en
satisfacer su necesidad de recibir atención. Así, sin darte cuenta te has
convertido en un elemento fundamental en su vida, puesto que alimentas su
autoestima, pero él a ti ni te aporta, ni te aportará nada. Y es que la experta
también explica que este comportamiento se da en personas que “se consideran
superiores y mejores que el resto, por lo que exageran sus talentos y estarán
esperando que les envidies y les admires”. Antes de alejarte discretamente,
para que le cuente su vida a otro, “deberás de tener cuidado y paciencia con
sus rabietas, porque en cuanto no se sientan reconocidos lucharán por ser los
protagonistas de tu vida y de la conversación”.
7) El compañero de estudios pesimista: Cuando ibais a la universidad teníais grandes
proyectos juntos, pero con el tiempo la realidad se fue abriendo paso y no todo
salió como pensabais. Sin embargo, tú todavía tienes la ilusión por hacer cosas
nuevas, por cumplir objetivos, mientras que él se ha rendido. “Son personas que
únicamente ven las dificultades de todo lo realizable. Siembran dudas y miedos,
crean inseguridades, desmotivan y pueden llegar a convencerte de que lo que
hace unos minutos considerabas muy posible, ahora es claramente todo lo
contrario”, opina Nuria Álvarez. Si está bien que haya personas que nos hagan
ver los posibles riesgos de tomar una determinada decisión, o de llevar a cabo
un proyecto complicado, estas amistades van más allá. “Terminan
desgastando porque desprenden negatividad: todo lo ven como un problema, viven
con miedo y nunca intentan nada. No salen de su zona de confort y no dejan que
los demás lo hagan”. Así que aprenda a tenerlo en cuenta antes de valorar su
opinión o decide que quizás haya cosas que es mejor no compartir con él, si no
quieres que te quite todas tus esperanzas y sueños.